PRINCIPALES DIFICULTADES DE LAS FAMILIAS EN LAS DISTINTAS ETAPAS DE SU CICLO VITAL
Una familia es un grupo en marcha, sujeto a cambiantes influencias externas, con una historia y un futuro compartido y con etapas de desarrollo así como con pautas habituales entre sus miembros. La familia como sistema social tiene características propias que la hacen diferente a múltiples organizaciones: se puede ingresar a ella por nacimiento, matrimonio o adopción, y sólo se la puede abandonar al morir. No es posible renunciar ni ser despedido de la familia, sino de un modo figurado o metafórico.
Las etapas están marcadas por la entrada y salida de miembros del grupo familiar, por las etapas de desarrollo personal de los hijos, por el término de la vida laboral y por la muerte. Durante las diferentes etapas del desarrollo familiar, la familia enfrenta diferentes momentos críticos del ciclo evolutivo, que implican cambios tanto individuales como familiares, los que pueden constituir un período de crisis. Cada una de estas etapas se construye sobre la anterior y supone desafíos y conflictos específicos que aluden a una forma particular de organización de la vida familiar considerando las características y capacidades funcionales de sus miembros en un momento dado.
En estos períodos de transición de una etapa del ciclo vital a otra, hay indefinición de las funciones, porque los miembros de la familia están asumiendo un nuevo rol. El querer conciliar ambos funcionamientos produce en ocasiones fluctuaciones, inestabilidades, transformaciones, que se expresan en ciertos niveles de desorganización de la familia, y es lo que se denomina como crisis evolutiva. Estas crisis son llamadas evolutivas, porque están en relación con los cambios biológicos, psicológicos y sociales de cada uno de los miembros de la familia, y con los cambios, en consecuencia, de las pautas de interacción en el contexto familiar. En estas crisis evolutivas se cambian las viejas pautas de interacción por otras nuevas que posibilitan, a cada uno de los miembros de la familia, el desempeño de nuevas funciones en sus roles, poniendo de manifiesto un desarrollo cada vez más acabado de individuación y de una estructura familiar cada vez más compleja y diferente a la anterior, lo que da lugar al crecimiento y desarrollo de la familia.
En este proceso de cambio predominan las tareas denominadas de desarrollo, las que están relacionadas con las etapas del ciclo vital que necesariamente tiene que atravesar la familia para desarrollarse, crecer y madurar. Cuando cada uno de los miembros de la familia tiene bien definidas sus funciones y los roles correspondientes al ciclo vital cronológico, va creándose una estructura familiar organizada que le permite tener un desarrollo en su identidad familiar y en la individualidad personal de sus componentes. Ahora bien, si en el esfuerzo de reorganización familiar la propia estructura familiar, por su falta de flexibilidad, no lo permite, aparecen entonces las disfunciones familiares.
Estas crisis son denominadas normativas o transitorias. El término transitoria está utilizado en un sentido cinético y no en el sentido temporal de la palabra, esto es: una crisis es transitoria en función de que posibilite o no el paso de una etapa a la otra del ciclo vital y no se refiere en ningún sentido al tiempo de duración de la crisis. Las crisis normativas son predecibles y necesarias, como respuesta a las necesidades cambiantes de los miembros de las familias así como de las presiones que ella recibe del medio externo. La familia enfrenta estas crisis a través de la realización de tareas, que producen cambios en su organización interna y en sus transacciones con las estructuras sociales y económicas externas. Las tareas familiares de cada fase específica tienen efecto acumulativo, de modo que el cumplimiento de las tareas de las primeras etapas fortalece las habilidades de la familia para desempeñarse en las etapas siguientes en forma efectiva.
La realización exitosa de una tarea personal depende del logro de las tareas de los demás miembros de la familia, al mismo tiempo que contribuye a ese logro.
Sin embargo, la dinámica familiar como todo proceso en desarrollo no es lineal y ascendente. Este proceso se ve afectado en muchas ocasiones por situaciones, que introducen cambios en su estructura y funcionamiento, debido a la existencia de hechos que actúan como fuentes generadoras de estrés, como es el caso del divorcio, padecimiento de una enfermedad crónica, o el fallecimiento de un miembro de la familia, los cuales tienen una expresión particular en cada familia en dependencia de su historia, su propia dinámica, de la significación que asigna al evento o situación, y de los recursos con que cuenta para hacerle frente. En este caso las tareas que debe desarrollar la familia, son tareas de enfrentamiento que se derivan de las llamadas crisis inesperadas.
En el equilibrio del sistema familiar, la aparición de una nueva necesidad en cualquiera de sus miembros, pone en movimiento una secuencia para la satisfacción de esa necesidad. Así cada avance en el desarrollo de un miembro, aunque sea muy pequeño, produce perturbaciones en la estructura familiar.
El ciclo familiar estándar tiene muchas variaciones. No todas las familias tienen hijos, hay un porcentaje cada vez mayor de familias que experimentan divorcio, nuevo matrimonio, separación, adopción y otros cambios, que hacen más difícil definir el ciclo vital familiar.
El marco del ciclo vital familiar está necesariamente limitado por la cultura e, incluso dentro de ésta, hay enormes variaciones. Es por ello que puede ser una herramienta útil, pero sólo si se examina y modifica de acuerdo con el contexto en que se aplica.
Es importante destacar que el concepto de ciclo vital familiar, aunque ya presente en la psicología y la sociología, se ha convertido en uno de los grandes temas en el campo de la terapia familiar. Algunas ideas a destacar son:
⁃ Concepto de ciclo vital: la idea básica es que que las familias experimentan cambios a lo largo del tiempo, con unos patrones regulares y previsibles que podemos llamar etapas o transiciones, según los autores. La idea de ciclo evolutivo ha aportado a la terapia familiar sistémica (más centrada en la interacción presente y en los mecanismos patológicos de estancamiento) una perspectiva histórica de los sistemas.
⁃ Visión del ciclo vital familiar como algo distinto a la mera yuxtaposición de las biografías de sus miembros, donde entra la idea del todo como algo más que la suma de las partes. Así, algunos autores llegan a considerar a la familia como un organismo que nace, crece, se desarrolla y muere.
⁃ Esta visión no pretende negar la individualidad y complejidad de cada miembro, sino subrayar la dimensión relacional en el proceso evolutivo entre personas y generaciones.
⁃ Redefinición de la relación en cada etapa. Desde este punto de vista, no se trata de cambios instrumentales, creación de nuevas habilidades de comunicación o resolución de problemas o enfrentamiento de procesos emocionales; es el contrato relacional básico lo que se replantea: pautas de distancia e intimidad, cohesión o adaptabilidad.
⁃ Importancia del ciclo familiar como herramienta de trabajo para terapeutas ya que casi todas las familias atraviesan alguna de estas crisis evolutivas o el aspecto evolutivo es importante en muchos casos clínicos. Además, aunque los aspectos relacionados con las etapas evolutivas no sean a priori importantes para el caso, inevitablemente interactúan con el problema.
Para este resumen se ha utilizado como guión el artículo divulgativo de las Dras. Judith Estremero y Ximena Garcia Bianchi de la Unidad de Medicina Familiar y Preventiva del Hospital Italiano de Buenos Aires, además de la siguiente bibliografía:
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